Por: Paula Torres

Las series americanas han conquistado el mundo y por supuesto nuestras vidas, no hay que ir muy lejos para reconocer que series como Friends, The Big Bang Theory, Criminal Minds, Greys Anatomy entre otras, han forjado no solo a la actual generación si no a muchas; aunque normalmente solemos tomar cosas de estas producciones para nosotros y nuestro entorno, es realmente llamativo darnos cuenta que cada día buscamos ser más de “allá” que de acá.  

Tomada de: El Tiempo

Aunque claramente todo esto se oculta tras el proceso de globalización, cada día perdemos aún más, nuestra identidad, convirtiéndola en una sombra de los sistemas políticos, económicos y sociales tanto de América del Norte como del mundo. A diario, buscamos forjar nuestro estilo de vida, al estilo “americano”, queremos ser más como ellos y menos como las personas con las que nos hemos rodeado. Es esto, un aspecto que llama la atención acerca de la ambigüedad de la identidad colombiana, e incluso de la apropiación política con la que los colombianos crecemos. Mejor dicho, como diría Jaime Garzón:

“Los ricos se creen ingleses, la clase media se cree gringa y los pobres se creen mexicanos”

Y si, desde muy pequeños reconocemos que Colombia es un país democrático y participativo, en el cual, somos nosotros quienes eligen a sus representantes, es divertido pensar que tenemos este esbozo de utopía en nuestra mente como recitando un cuento de Pombo, pero que en realidad no es más que eso, un cuento. Los asuntos políticos en Colombia son de intereses propios de minorías, no despiertan gran participación y normalmente no se le presta mucha atención; pero, el panorama cambia, cuando son acciones políticas de países como EE. UU, parece que los colombianos en el fondo son integrantes de la potencia mundial, más de “allá” que de acá.

Es de conocimiento general, la relación entre estos dos países, sin embargo, lo llamativo de toda esta situación es que Colombia se caracteriza por ser uno de los países más felices del mundo, potencia en futbol y en artistas – la economía y la política no es lo de nosotros dirían por ahí – pero cuando se trata de lo que hacen los otros, somos expertos en producciones cinematográficas, premios famosos, economía y sobre todo política, porque esa misma ambigüedad política que tenemos para todo acá, no asomó ni a la puerta durante las elecciones del gigante, incluso se podría decir que nuestras urnas se extrañaron de ver rostros y opiniones que durante años, ni siquiera se han visto por allí.

Y no, el problema claramente no es participar e interesarse activamente por el futuro de otros países, quienes directamente tendrán consecuencias en nosotros. La cuestión, en realidad está, en implementar este interés en nuestro propio territorio, pasar de ser un concepto de democracia a ejercerlo en realidad, hacer lo que tanto le decíamos a los americanos, pero aquí en el país de la “tricolor”, el del otro lado del “charco”. Porque al parecer, esa es la única manera de que la política nos interese, estando del otro lado.

Por Spot

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