Por: Paula Torres
Últimamente la televisión colombiana se ha llenado de retransmisiones y remakes de producciones del 99 y los comienzos de la década del 2000 como es el caso de la polémica telenovela “Betty La Fea”. Este año se convertiría en su 5 retransmisión, aproximadamente una por año desde hace 5 años, aunque al inicio las cifras de rating fueron sorprendentes, en esta última transmisión los colombianos están reevaluando esta exitosa serie.




Hace un año aproximadamente, se murmuraba que los jóvenes centenialls no tenían afinidad con esta novela debido a los temas tan drásticos y pesados que trata, por ejemplo, el clasismo, la discriminación, la homofobia, la misoginia entre otros. El tema quedó ahí, la novela finalizó y los problemas de esta generación con la novela también, claramente, ninguno de los temas dejó de ser relevante, pero, fueron estos jóvenes quienes decidieron parar la batalla con tan aclamada producción. Lo verdaderamente sorprendente fue lo que sucedió con su retransmisión en el 2020.
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Betty la fea y sus conflictos sociales pasaron a ser un segundo plano para la denominada “generación de cristal”- aquella que replica, lucha y habla acerca de situaciones que no están bien socialmente, denominada así debido a que se considera que son demasiado frágiles ante la vida- y por el contrario, pasó a ser cuestionada por las otras generaciones millenials y boomers, quienes desde hace años defendían la trama de la novela, empezaron a verla desde otro punto de vista; cuestionable o no , empezaron a denotar aquellas temáticas tan habladas por los jóvenes. Fueron aquellos defensores interminables de esta producción quienes a través de redes sociales decidieron empezar a hablar de por qué se estaba retrasmitiendo una vez más, reclamándole al canal, la razón para dar ese mensaje otra vez, ¿por qué no acabar con esos estigmas que marcaron tanto a las generaciones aledañas a la creación y primera emisión de esta producción?
Aunque el éxito de Betty la Fea es innegable, en muchos de los casos, telenovelas que han sido retransmitidas tantas veces y que contienen temas tan disruptivos en la sociedad, en lugar de mantener su estigma como inalcanzables, empiezan a desafiar el coeficiente y capacidad de crítica de sus receptores, quienes, tras ya saber cada detalle de la producción, empiezan a observar con detenimiento todo aquello que a ciencia cierta puede o no estar bien. Es así como, tras una quinta emisión de Betty, los centenialls denunciaron a la idea de cuestionarla y empezaron a verla como una comedia, pero, los milenialls y los boomers empezaron a detallar todo eso por lo que aquellos jóvenes que denominan “generación de cristal” luchan cada día. Merecemos producciones que creen, concienticen, y entretengan por supuesto, de maneras sanas tanto para los adultos como para los niños y jóvenes que pueden verlas; aunque hay un horario y franjas determinadas para cada público, se debe hacer producciones de calidad, las cuales integren no solo los nuevos ideales de las nuevas generaciones sino que también permitan que niños y jóvenes crezcan bajo conceptos de libertad, donde no deban responder a un prototipo específico de lo que es o no aceptado socialmente.
Claramente, la culpa inicial no es de Betty la Fea, sin embargo, es realmente importante crear espacios para hablar de lo que molesta de esta producción, empezar a ver con filtros estas producciones, está bien. Ahí empieza el verdadero cambio, y aún mejor, desde la sala de nuestras casas.
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