Viviendo tres meses en un campamento de Verano en Virginia.
Por: Luisa A
En las siguientes líneas les contaré mi experiencia en Estados Unidos y cómo fue mi trabajo como consejera en un campamento tradicional de verano.
Para empezar, lo primero que debes saber cuándo estás viviendo un verano en Virginia, es que debes estar hidratada todo el tiempo “stay hydrated”. Toma siempre agua, o si no el calor te devorará. Temperaturas que pueden sobrepasar los 40 °C y jornada laboral de 8 a.m. a 9 p.m. (cuando se oculta el sol), compartir con niños de todas las edades, actividad tras actividad, y no tomar suficiente agua, puede ser una mala decisión.
En el campamento, los consejeros saben de la importancia de este preciado líquido y tienen que transmitir este conocimiento a los campistas, así que, ves siempre a todos, cargando su botilito lleno.
Las jornadas eran muy agotadoras, las actividades se acababan antes de las 9 p.m. para los pequeños, y pasada esta hora, para los más grandes. Las actividades de la noche eran las más importantes: tenían que dejar al campista exhausto, por si era uno de esos chicos inquietos que no dormía durante la noche y antes, podía armar desorden con sus compañeros. Sin embargo, por mucho que se esforzara, siempre había alguno que no conciliaba el sueño.
La comida y el dulce.
Las diferencias que más se notan a simple vista comparando tu propio país con Estados Unidos, es la comida. Un desayuno con algo dulce, haciendo preferencia por Waffles, panqueque, French Toast, y donas; siempre algo dulce para empezar el día.
El almuerzo, es algo muy sencillo, ligero, para no dejar pesadez; siendo la mitad del día, hacen preferencias por sándwiches o quesadillas. Es primordial, siempre un vaso de agua antes de empezar las comidas, para que te hidrates, sobre todo del sol del mediodía y el que va después, (el más fuerte), de las 3 p.m. – 4 p.m.
La cena, es todo lo contrario a lo que estamos acostumbrados: es una comida bien trancada, llena de cosas deliciosas, pero no tan nutritivas. Normalmente hay dos platos fuertes, que puedes combinarlos como quieras, se hace preferencia por la pasta y sus diferentes preparaciones. Los jueves son de tacos y siempre hay un bar de pasta con dos salsas diferentes: la Alfredo y la Marinara.
Por si queda duda, toda la comida en el camp, es buffet, puedes servirte la comida que quieras. Hay que estar muy pendiente de lo que comen los niños y como se alimentan, ya que son largas horas bajo el sol haciendo actividades que desgastaban tu energía, y algunos tienen costumbres alimenticias no tan sanas.
Una de las extrañas costumbres en EEUU, es el amor por el cereal. Sobre todo si es un niño con problemas de alimentación, lo vas a ver siempre comiendo un plato de cereal con leche, al desayuno, almuerzo y cena; no deja de comer cereal, y si le cambian su dieta, no va a poder comer. Hay que ser muy sutil con estos chicos, para cambiarles su comida por una más balanceada.
Se desperdicia mucho. Si no te gusta una comida, la dejas en el plato y la botas en la caneca, así de sencillo: puedes dejar un plato lleno, un plato desbordándose de alimentos, puede que ni hayas probado un solo bocado, pues no importa, si se te quitó el apetito, desechas y se acabó.
Las últimas semanas, por petición de los directores del campamento, se empezó a implementar una campaña de conciencia dirigida a los niños (y consejeros), para no desperdiciar comida, de tal manera que todos se sirvieran únicamente los alimentos necesarios para saciar su hambre.
Otra de las cosas que más sorprende, es la obsesión de los americanos por los dulces. Las frutas contienen demasiada fructosa, no hay ácidas, hay papa dulce, postres a cada rato, donas casi siempre al desayuno, y un postre llamado S’mores, que es la cosa más empalagosa del mundo; es un Sándwich dulce con algo dulce, más otro dulce… es rico.
Las actividades.
Por ser un campamento grande, tiene muchas actividades: desde acuáticas, deportivas, artísticas y hasta equitación; está última es parte de otro programa de campamento. Muchas niñas (sólo para mujeres) van una semana al tradicional y luego practican su deporte.
Las niñas ecuestres, tienen una villa aparte, otras consejeras y actividades diferentes, pero a la hora de las comidas siempre se juntan los dos campamentos alrededor del gran comedor.
En el campamento tradicional, la gran mayoría de actividades son deportivas, está voleibol, tenis, baloncesto, gagaball, “soccer” (fútbol), bádminton, softball (es como baseball, pero con una pelota suave), ultimate frisbee y muchos otros juegos característicos de Estados Unidos, que se realizan durante todo el día.
Las acuáticas son las más divertidas, lo único que conlleva es mojarse y pasar por la arena más falsa y desagradable del mundo, -no lo digo yo-, muchos chicos piensan lo mismo. Estas actividades están ubicadas en el lago y son: canotaje, rafting, kayak y paddle boarding (surf de pie con un remo). Los instructores se aseguran de que los campistas disfruten al máximo de cada actividad.
Diariamente hay cerca de una hora al día de nado libre; se intercalan la piscina y el lago y se disfruta de diversos deportes y juegos.
Las artísticas, y también las más apetecidas, van desde hacer: friendship bracelets (pulseras con hilos), hasta cerámica, tie dye (pintar camisetas de colores), pintura y teatro. Yo diría que la más apasionante y que enseña mucho, es la cerámica en torno, ya que se pueden hacer infinidad de cosas con mucha creatividad, además de enseñar la paciencia y dedicación que hay que tener con esta práctica.
Este año (2021) no estuvieron al 100% las actividades, faltaron algunas como Waterpolo y Ciclismo de montaña, y muchos de los campistas que era recurrentes en el campamento, extrañaron demasiado estas actividades. No se podían hacer por falta de instructores. Muchos de estos deportes eran dictados por consejeros provenientes de Inglaterra o Sudáfrica, pero como en la época que se realizó el campamento las fronteras estaban cerradas con estos países, no pudieron venir. Cada vez que pasábamos por el taller de ciclismo, los niños recordaron con nostalgia el año 2019 cuándo practicaron esta actividad.
Otra de las otras actividades que da el camp, la cual abrieron con poca regularidad, es la de los juegos de mesa. Existe un pasadizo por debajo de la villa de Junior Boys dónde se encontraban dos cabañas, llenos de muchos juegos.
La atención médica.
La enfermería está ubicada al lado del gran comedor y justo al pie del lago. En términos generales es bastante buena, grande, tiene varias habitaciones para los pacientes, buenos medicamentos para tratar cualquier enfermedad o accidente habitual. Es un lugar estratégico, pues si ocurre un accidente en el lago, es fácil llegar con atención médica.
Las enfermeras eran diferentes cada semana, unas muy buenas y otras… un tanto despistadas, pero todas trabajan en conjunto para ayudar a todo el campamento y mantenerlo saludable.
Algo muy sorprendente es la cantidad de niños que toman medicamentos a temprana edad, y no solo son una o dos pastas, son varias y repetidas durante el día. Muchos tienen desórdenes o enfermedades que deben tratarse. En todo momento, hay que estar muy pendiente de estos campers.
Los niños
A decir verdad, son lo mejor del campamento, pues son su propia esencia. Se trabaja por los niños, para que tengan la mejor experiencia del año. Si en algún momento nos sentimos con falta de energía, se debe sacar la cara más feliz para ellos.
Hay una frase que se usó mucho en la inducción: “fake it till you make it” que traducía: “finge hasta que lo consigas”, si uno se sentía triste por algún motivo o cansado, no podíamos mostrar una cara aburrida frente a los niños, por más que estuviéramos mal, debíamos trabajar en pro de los campistas y de darles la mejor experiencia del año.
Se creyó al principio de la temporada, que este 2021 iba a ser muy difícil, pensando en una época después de la pandemia dónde la mayoría de los niños no socializaron mucho en el 2020 o en cambio, se apegaron muchos a sus familiares siendo más difícil lidiar con la nostalgia del hogar. Sin embargo, no fue tanto así, los campers disfrutaron mucho de los días de campamento.
En conclusión, aunque te sintieras muy cansado (sobre todo al final de la temporada), siempre había un niño o varios niños que te sacaban una sonrisa; te daban ánimo sin siquiera pedírselo y tu día se arreglaba automáticamente. La experiencia fue profunda y el cambio que hubo en el interior se logró en solo un verano de trabajo; se maduró más, se aprendió a tratar con niños, se entendió su cultura y sobre todo se encontraron chicos especiales y únicos.
